De "Godín" a Desarrollador: el salto que cambió mi vida
- Antonio Cañizo
- 28 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 may
Renunciar a una carrera de más de 10 años en el mundo corporativo fue una de las decisiones más difíciles de mi vida. Durante mucho tiempo seguí el camino que muchos consideran “correcto”: estabilidad, crecimiento profesional, buenos ingresos. Pero había una inquietud que nunca desaparecía: la necesidad de construir algo propio pero mas importante, decidir por mi mismo.

No tenía todas las respuestas cuando decidí echarme el clavado. Tenía miedo, dudas y un futuro incierto. Pero también tenía un objetivo muy claro: lo que hiciera, lo iba a hacer lo mejor posible, y me prometí a mí mismo que nunca regresaría a un trabajo como el que tenía. Sabía que el momio no estaba a mi favor, pero también sabía (aunque por supuesto habían dudas) que lo podía hacer mejor.
Lo único que tenía era una propiedad deteriorada por el tiempo en el centro de Mérida. Sabía que quería convertirla en un proyecto único y rentarla en Airbnb. Tenía muy claro lo que quería lograr, pero no venía de ese mundo y había muchas cosas que simplemente no sabía... y que solo entendí cuando me tocó vivirlas.
Así nació Pathō.
No fue inmediato ni fácil. El camino de crear un proyecto propio —porque sinceramente, la palabra "emprendimiento" me tiene saturado— no es tan glamoroso como muchos lo pintan. Invertí todos mis ahorros.
Fue frustrante y con mucho estrés. Cometí errores. Y lo sigo haciendo.
Este camino no es solo algo que viví: es algo que sigo viviendo cada día. Cada decisión, cada proyecto, cada reto es parte de un proceso que está en constante evolución.
Algo muy importante que aprendí en este proceso es que nadie va a hacer las cosas por ti. Si algo tenía que hacerse, lo hacía yo mismo. No hay atajos, ni héroes ocultos: si quería avanzar, tenía que ponerme al frente y hacerlo.
En el camino también he tenido la suerte de encontrar gente muy valiosa, que hoy considero grandes amigos y socios comerciales a quienes les agradezco el equipo que hemos formado. Al mismo tiempo, también me he topado con personas que no sumaron o incluso representaron obstáculos. Todo ha sido parte del aprendizaje, y una de las cosas más valiosas que me ha dejado este recorrido es la madurez para entender que no todos suman, y que cada experiencia —buena o mala— te enseña algo si sabes verla con claridad.
Y quiero ser claro: no soy un gurú ni estoy aquí para cambiarle la vida a nadie. Este blog no es una fórmula mágica. Es simplemente mi experiencia personal, compartida de forma honesta — con todo lo bueno y todo lo difícil que implica construir algo propio.
Aunque las cosas han salido bien hasta ahora, soy plenamente consciente de que todo puede cambiar. Este mundo, y en especial el inmobiliario, es un negocio de mucho riesgo.
Hoy, Pathō es el reflejo de un sueño que se construye todos los días, paso a paso.Y a partir de esta primera entrada, quiero compartir contigo todo lo que he aprendido (y sigo aprendiendo):
Cómo construir proyectos inmobiliarios que realmente generen valor.
Qué errores evitar si estás pensando en empezar algo propio.
Retos reales que nadie te cuenta.
Ideas, herramientas y estrategias que me han ayudado.
Pensamientos, dudas o ideas que a veces simplemente necesito soltar — escribir me ayuda a aclarar el camino.
Este espacio no es un manual de éxito instantáneo. Es un testimonio real, en tiempo real, de un camino que puede ser difícil, pero también increíblemente satisfactorio.
Si estás pensando en dar un gran paso, si estás en un momento de cambio, o simplemente quieres conocerme un poco más, te invito a seguir leyendo(me).
JACB


Comentarios